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COSMÉTICA
WAORANI

La comunidad Waorani Daipare produce cremas cosméticas como una alternativa para combatir la deforestación. Esencias del Bosque es el nombre de su producto, que se vende en Puyo y Quito.

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Emilia Trujillo


Para llegar a la comunidad Waorani Daipare hay que recorrer una hora de Puyo a Arajuno y de allí, una hora más, hasta el puerto del Río Curaray.

En la orilla, siempre espera un peke peke (canoa). El río suele ser cristalino, se pueden ver las piedras al fondo y cuando crece, es lodoso y café oscuro, pero es más fácil su navegación. Si no ha llovido y está seco, es probable que haya que caminar unos 20 minutos más para llegar a Daipare.

La comunidad Waorani Daipare marca el inicio del territorio de esta nacionalidad en Pastaza. Foto:Luke A. Jarrín/ Luliam Films.

Los niños ayudan a arrojar el agua que se estanca en la canoa, lo hacen con una media botella de plástico en forma de balde. Hay que subirse con cuidado porque se puede virar.

Durante el viaje de 15 minutos, hay árboles gigantes que se observan levantando la cabeza, pájaros que se atraviesan por el rostro de los viajeros, mariposas, insectos y los zancudos, ya empiezan a molestar.

Daipare marca el inicio del territorio Waorani en Pastaza, mientras dura el traslado se puede leer un cartel informativo con este mensaje: Bienvenidos al territorio Waorani.

La gente de la comunidad, siempre recibe a sus visitantes con un pilche de chicha (bebida tradicional, con base de yuca). Al bajar de la canoa se puede visualizar a todos sus habitantes en lo alto de la montaña. Algunos niños comen morete, otros tienen guayabas en sus manos, los hombres bajan a ayudar con el equipaje.

El lugar es pequeño y todo está muy cerca. Las casas son de madera con techo de zinc que forman una cuadrícula desordenada; el espacio está rodeado de plantaciones de cacao, moretes y en los árboles las oropéndolas cuelgan sus nidos como si fueran shigras (bolsos - carteras).

Más cremas, menos motosierras



Pastaza, pese a ser de las provincias que menor tasa de deforestación presenta en el Ecuador, ha experimentado una tendencia con subidas y bajadas, pero creciente, de la deforestación.

Según el levantamiento de información que realizó el Plan de Implementación de Medidas y Acciones (PdI) del programa REDD+, entre los años 2016 y 2018, se evidencia un incremento de 23.675 hectáreas deforestadas en el cantón Arajuno, que representa el 56% de su territorio. Allí habitan personas de las nacionalidades Kichwa y Waorani.

Las mujeres Wao iniciaron un proceso de capacitación para producir cremas cosméticas, como una alternativa a la tala de árboles. Foto:Luke A. Jarrín/ Luliam Films.



Además, la nacionalidad Wao es la que tiene mayor presencia de empresas petroleras en el interior de su territorio, tomando en cuenta que su proceso de relación con la sociedad es reciente, debido a la apertura de carreteras donde antes solo se llegaba vía fluvial o aérea.

Daipare está ubicada cerca de la carretera Arajuno – Toñampare. Allí se han deforestado al menos 34 hectáreas de bosque primario, dentro de la Reserva de Biosfera del Yasuní y se lo ha hecho para construir accesos viales. La edificación de carreteras es su mayor amenaza, no solo por la destrucción del bosque, sino por la apertura a los intermediarios de venta de madera.

En este contexto, hace casi dos años, 11 mujeres y un hombre, iniciaron un proceso de capacitación para producir cremas cosméticas, como una alternativa ambiental para la tala de árboles. La marca de su producto se denomina Esencias del Bosque.
Esta iniciativa es apoyada por la Prefectura de Pastaza y la fundación Naturaleza & Cultura Internacional (NCI), a través del Plan de Implementación de Medidas y Acciones (PdI) REDD+.

Daipare no es la única que se beneficia del PdI. En total, son seis comunidades de las nacionalidades Kichwa, Waorani, Shuar y Achuar las que han recibido capacitación y recursos para generar alternativas a la tala de bosques.

Sin embargo, Esencias del Bosque ha sido la que mejor ha respondido a esta inyección de capital. Hasta el momento se han invertido USD 2.400 en cada socio, para que este negocio sea sustentable a futuro.

Las mujeres Waorani instalaron su planta de producción con todos los insumos necesarios para crear sus cremas corporales y faciales.Foto: Luke A. Jarrín/ Luliam Films.



Para comenzar con la producción de cremas, la comunidad construyó un vivero agroforestal con 18 especies de plantas: chonta, cacao, morete, entre otros. Los niños y niñas también se han involucrado como actividad académica, apadrinando una planta.

Posteriormente, a través de una consultoría se realizó un estudio de mercado interno y externo, donde se identificó el jengibre y la cúrcuma como productos estrella. Así nació Esencias del Bosque.

Ahora, las mujeres Waorani instalaron su planta de producción con todos los insumos necesarios para crear sus cremas corporales y faciales. En este espacio se han adecuado mesas de trabajo, estanterías, equipos de refrigeración, máquinas de secado, guantes, desinfectantes, entre otros insumos. Allí solo ingresan las mujeres cuando producen cremas, es un lugar muy bien cuidado.

En Daipare, que en Wao significa Río de Arcilla, viven 20 familias que se dedican al cultivo de plátano barraganete, cacao, morete y la venta de madera. Estas actividades siguen siendo parte de la economía de la comunidad; no obstante, la realidad está cambiando con este bioemprendimiento.

La comunidad ha tomado conciencia sobre la conservación de sus bosques cuando ha visto que su cúrcuma y jengibre, que lo han usado ancestralmente para sanar gripes o malestares, ahora son materias primas vitales para elaborar las cremas cosméticas, que hoy les da un sustento económico.

La cosmética es una alternativa económica para evitar la deforestación de la Amazonía. Foto: Luke A. Jarrín/ Luliam Films.



Además, esta actividad no requiere un esfuerzo ‘sobrehumano’ como es sacar madera y recibir muy poco dinero por su venta. Los hombres apoyan a sus esposas en este proceso, saben que el beneficio es para todas las familias.

Cada 45 días, las mujeres producen un lote de 50 cremas faciales y otro de 20 cremas corporales. El proceso inicia con la cosecha de cúrcuma y jengibre; luego, los cortan en rodajas y los secan; posteriormente, maceran el resultado en una olla con aceite de oliva. Con la creación de la esencia, combinan los insumos cosméticos y obtienen su producto.

El rol de las mujeres



La promotora del proyecto se llama Gladys Simbaña, tiene 35 años y dos hijas. Las reuniones con los visitantes y habitantes se dan en una choza construida con paja toquilla, madera y tejidos Wao. Todos y todas deben estar presentes sino no pueden empezar.

Gladys, quien lidera Esencias del Bosque, tiene la función de supervisar a las mujeres que empacan, producen y etiquetan. Además, se encarga de visitar puntos de venta y realizar la contabilidad para rendir cuentas a su asociación.

Katia Vicente, técnica de NCI, dice que uno de los logros más importantes es que ellas son las primeras mujeres Wao en dedicarse a la cosmetología. “La iniciativa de Daipare ha sido seleccionada en un showroom, para participar en una feria en Boon - Alemania en el 2024”, cuenta.

Esencias del Bosque está en una etapa inicial, las ventas empezaron en junio del 2023, pero las cremas ya se comercializan en Puyo y Quito, en las tiendas de Te quiero verde y Bio Tienda.

La venta promedio mensual es de 60 cremas, con un valor entre USD 7 y USD 10 cada una. Daipare ya tiene Registro Sanitario y un plan de mercadeo. Por ello, está enfocado en consumidores con un nivel socioeconómico medio y medio alto. Pero también en personas interesadas en generar un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente.

Para Vicente, el proyecto podría ser sustentable con el acompañamiento técnico de organizaciones estatales hasta que ellos puedan controlar y supervisar todo. “La idea es que ellas se empoderen junto con sus familias y asuman esta responsabilidad solas”, resalta.

Esencias del Bosque es un modelo de economía circular pues ofrece soluciones sistemáticas para el desarrollo económico de su comunidad, aportando a la mitigación del cambio climático y la contaminación de los ríos.

Las cremas de Esencias del Bosque están en una etapa inicial, pero ya se comercializan en Puyo y Quito. Foto: Luke A. Jarrín/ Luliam Films.



Este proyecto está impulsado por un diseño de uso de recursos renovables, además reduce al mínimo posibles residuos. Este modelo de producción es sostenible, pues además de generar ingresos económicos, evita la tala de árboles.

Gladys no solo se ha capacitado a través de la ayuda estatal o de las oenegés. Ella siempre busca cursos de producción de cremas y de manejo de negocios. Ha asistido a ferias en Quito, Ambato, Guayaquil y también a conferencias internacionales. A pesar de que nunca ha dirigido un negocio y le cuesta mucho la atención al usuario, su interés es evidente.

Cada 45 días, las mujeres producen un lote de 50 cremas faciales y otro de 20 cremas corporales. Foto: Luke A. Jarrín/ Luliam Films.



“Todas y todos estamos en esto: las mujeres, los hombres, los niños… sin esa unión no podemos construir un futuro para nuestra comunidad. Sabemos que si seguimos adelante podremos darles educación y alimento a nuestros hijos. Además, queremos cuidar nuestros bosques, que es nuestra farmacia. Si nos quedamos sin árboles, no vienen los animales, no viene la lluvia, no llega el futuro”.

Este reportaje fue producido con el apoyo de la Earth Journalism Network y Youtopía Ecuador