Vannesa y Danny en su escuela

Vanessa en la escuela y Danny junto a sus compañeros de clase.

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Vanessa y Danny lidian con la desnutrición crónica en los páramos de Guangaje

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Vanessa y Danny son dos niños tímidos. Detrás de sus sonrisas se agazapa una dura realidad. La falta de agua potable, alcantarillado y saneamiento en sus viviendas y en su comunidad, así como la escasez de recursos económicos de sus familias, son problemas que han pasado factura en sus vidas y en las de otros infantes, y las seguirán pagando si no se toman cartas en el asunto.

Ambos pequeños viven en Guangaje, una parroquia rural de Cotopaxi. Ubicada a 36 km de la cabecera cantonal de Pujilí, se encuentra a una altura que varía entre los 3.200 y los 4.200 m.s.n.m. En este lugar hay pequeños con Desnutrición Crónica Infantil (DCI), y Vanessa y Danny son dos de ellos.

Los siete años de Vanessa

Vanessa es tímida. Ella fue diagnosticada con DCI

Desde el centro de Guangaje hay que caminar unos 30 minutos hacia la comunidad ‘Veinticinco de Diciembre’ para llegar hasta la casa de Vanessa. Ella en ese momento estaba en la escuela pero encontramos a su madre. María Josefina Guanina perdió la vista en uno de sus ojos por una enfermedad incurable que heredó uno de sus hijos.

¿Cómo vive la familia? Todos los días la alimentación en desayunos, almuerzos y meriendas es un plato de cebada, habas y papas. El dinero no les alcanza para más. Hay que tener en cuenta que la desnutrición no es un problema exclusivo de alimentación: existen otros factores visibles en el entorno de Vanessa como las condiciones económicas. “Yo solo tengo 75 dólares cada mes y es del Bono de Desarrollo Humano” dice Guanina, quien se suma a la tasa de pobreza en Ecuador.

Sra. María Josefina Guanina, madre de Vanessa

Asimismo, están la higiene y el saneamiento. La casa de Vanessa está rodeada de tierra, y con el viento fuerte de Guangaje, el polvo se levanta. En cuanto a dotación de agua, “nosotros mismo la sacamos de un pozo o cuando juntamos algo de plata la traemos empacada”, cuenta Guanina. El alcantarillado es indispensable para evacuar las aguas residuales. Vanessa y su familia tienen detrás de su domicilio un cuarto de baño pequeño que llega a un pozo séptico. Esta situación antihigiénica repercute en la salud familiar.

Esther Ugsha es auxiliar Pedagógica de la Casa Parroquial de Guangaje. Se dedica al seguimiento de niños y jóvenes que presentan problemas en su salud como discapacidad intelectual, parálisis cerebral e infantes con DCI. Ella cuenta que a Vanessa se le detectó desnutrición desde que tenía un año, además de que no podía gatear ni caminar. 

“Siguió tratamientos con vitaminas en el Hospital Pediátrico Baca Ortiz y fisioterapia en el hospital Claudio Benati de Zumbahua”, señala Ugsha. Dice que la lactancia materna no fue la adecuada ya que su madre se enfermó y Vanessa pasó más tiempo en los centros médicos con biberón y leche de tarro o fórmula que en la casa. Hoy está próxima a cumplir ocho años y no ha alcanzado la talla requerida, uno de los múltiples efectos que produce la DCI en niños y niñas.

Los 10 años de Danny

Desde la comunidad ‘Veinticinco de Diciembre’, hay que ir montaña adentro para conocer la historia de Danny, otro infante a quien se le detectó desnutrición crónica infantil. El recorrido toma aproximadamente una hora, ya que el acceso es difícil.

En el lugar, conocimos a María Tigasig, abuelita de Danny. A primera vista, la pequeña casa no presenta los recursos físicos adecuados para la crianza de un niño, porque se va desmoronando poco a poco. También alrededor hay polvo acompañado de ventarrones.

Sra. María Tigasig, abuelita de Danny

Tigasig dice que la alimentación de ella y su nieto se basa en vegetales que ellos mismos siembran, como papas, mellocos, habas. En ciertas ocasiones compran arroz, manteca, entre otros productos. Los desayunos son sopas y granos, pero como tienen que salir al campo con los animales, a veces no almuerzan. Mientras que en la merienda varía entre avenas y coladitas de máchica. Todos los alimentos son cocinados a base de leña.

La señora Tigasig también es parte de las estadísticas de pobreza: su ingreso mensual es de $100. Viene del Bono de Desarrollo Humano y es invertido en útiles escolares para Danny, vestimenta y víveres.

De acuerdo a Esther Ugsha, quien también da acompañamiento a Danny, a él se le detectó DCI cuando fue sometido a una cirugía en su cabeza cuando era pequeño. Hoy en día los médicos del Centro de Salud Tipo B de Guangaje han detectado que al niño le faltan peso y talla. Tiene diez años y su físico aparenta ser el de un infante de seis años de edad.

Casa donde viven María Tigasig y el pequeño Danny

La recomendación es el consumo de huevos, cosa que no es posible porque a veces el dinero no alcanza. “En ciertas ocasiones Danny va sin comer a la escuela, y lo que tiene que caminar es demasiado cansado, es decir, toda una subida”, explica Ugsha.

A la casa no llega el agua potable. Lo que beben tanto él como su abuelita es agua de un pozo improvisado situado cerca de un río y que a veces no ponen a hervir antes de consumir. Además, utilizan dicha ribera para lavar su ropa. No existe higiene ni saneamiento: Danny y la ancianita realizan sus necesidades al aire libre cerca de la casa, y el niño queda expuesto a la insalubridad al momento de jugar al aire libre.

Pequeño pozo de agua de donde Danny y su abuelita extraen el líquido vital

¿Qué les espera a Vanessa y Danny?

Los dos niños están expuestos a factores causantes de la DCI, tales como la falta de una buena dieta alimenticia y saneamiento. Los ingresos familiares están por debajo de la canasta básica familiar. 

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (ENEMDU) de junio de 2022, una persona es pobre por ingresos si percibe un ingreso familiar per cápita menor a USD 87,57 mensuales y pobre extremo si percibe menos de USD 49,35. Si no fuese por el bono estatal, las familias de Vanessa y Danny estarían viviendo en extrema pobreza.

Lo más preocupante es la falta de acceso a agua de calidad y segura. Se trata de un factor coadyuvante porque produce problemas diarreicos en los pequeños, lo cual impide la absorción de los alimentos y es uno de los factores que mantienen alta la desnutrición infantil.

Lic. Esther Ugsha, auxiliar Pedagógica de la Casa Parroquial de Guangaje

Fuimos hasta la Escuela de Educación General Básica “Edmundo Carbo” para conversar con Vanessa y Danny. Su timidez nos impidió conocer un poco sobre sus jornadas, pero Esther Ugsha, quien los conoce desde pequeños, menciona que Vanessa recorre entre 30 y 45 minutos por un camino lleno de tierra, piedras y con fuertes vientos hasta llegar a la institución. Danny se tarda alrededor de una hora; a su casa se llega descendiendo las montañas desde la comunidad.

En el centro educativo, los pequeños reciben el desayuno escolar, que consiste en leche y galletas. En algunas ocasiones, Danny no puede ir a la escuela porque queda al cuidado de  la casa, pasta a sus borreguitos, siembra grano y labra y deshierba la tierra. 

Falta de responsabilidad de los padres

En Guangaje, el tema que más claro se tiene respecto de la DCI es el de la nutrición, pero hay poca conciencia de parte de los padres. Esther Ugsha agrega que los infantes de la parroquia no siguen una dieta adecuada, porque en Guangaje la mayoría solo desayuna, almuerza y merienda sopas, arroz, habas y papas, pero en ocasiones no tienen ni para eso. 

Lo mismo dice Alex Tigasi, morador de la comunidad, quien ha sido testigo de que varios niños se alimentan con un plato de agua, una papa, una cebolla y algo de sal para darle sabor. “Hay varias familias, sobre todo los pequeños, que se alimentan de esa manera. Por ejemplo, hay una abuelita a la que le quitaron el Bono de Desarrollo Humano y ahora tiene pocos ingresos vendiendo algunos productos de la localidad para subsistir, y con la poca ganancia prepara ese tipo de comida”.

Alex Tigasi, habitante de la parroquia de Guangaje.

Ugsha hace notar que la educación de los padres influye en casos de DCI, porque no llevan a sus hijos a los controles médicos. Además, “cuando los doctores del centro de salud envían jarabes, los papás se niegan a brindar tal medicamento a sus pequeños, tampoco multivitaminas porque no creen en la desnutrición infantil, están más preocupados en los quehaceres del hogar y no en la salud de los niños o de la misma educación”, explica esta auxiliar pedagógica.

José Escandón, médico general del Patronato Provincial de Cotopaxi, coincide en que la desnutrición tiene mucha relación con el nivel de educación de los padres. “Respetamos las creencias de las personas, pero en muchas ocasiones eso atenta al correcto desarrollo de los niños, puesto que no siempre será la obligación de los médicos, ya que la educación viene desde la casa”.

Dr. José Escandón (Izq.), médico general del Patronato Provincial de Cotopaxi

“Se realizan capacitaciones y charlas, pero aún así existen padres que se niegan a que su niño reciba una vacunación o vitaminas, porque piensan que se les enfermará”, agrega Iván Alarcón, director del Centro de Salud Tipo B de Guangaje.

Alarcón está consciente de que la movilidad es un problema, pues hay muchas familias que deben caminar un mínimo de dos horas para llegar al centro de salud y por esos inconvenientes varios deciden no ir a los chequeos médicos. En dichos casos nosotros salimos hacia las casas para dar toda la atención, añade.

La situación de la DCI en Ecuador y Guangaje

La Desnutrición Crónica Infantil (DCI) es uno de los mayores problemas de salud pública en el Ecuador. Según el estudio realizado en el 2020 por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Ecuador es el segundo país de la región con mayores índices, solo después de Guatemala.

En el país, el 27,17% de niños menores de dos años sufren de desnutrición crónica; existe una tasa alta en la zona rural con el 28,72%. Sin embargo, la situación más grave está en la niñez indígena, ya que un 38,83% la padece, superando el promedio nacional obtenido, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2018. Actualmente el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) trabaja en la actualización de datos.

Reportaje audivisual de la DCI en Guanotaje y sus efectos

Tungurahua, Chimborazo y Cotopaxi son las provincias de la Sierra Centro que presentan cifras altas en cuestión a desnutrición crónica infantil. Cotopaxi presenta un 34,85% de DCI, y Guangaje es parte de esta realidad.

Iván Alarcón, director del Centro de Salud de Guangaje, señala que los datos que manejan como centro de salud es una población de unos 147 niños con desnutrición crónica, de los cuales 73 son menores de dos años y el resto menores de cinco”, lo cual significa más del 80% de los niños de esas edades que viven en  la parroquia. Sin embargo, en el último estudio realizado en agosto, el índice trae una leve mejoría: 74% de casos.

Cómo frenar la desnutrición infantil en Cotopaxi

Oswaldo Coronel, gobernador de Cotopaxi, detalla que el Gobierno y la Secretaría Técnica Ecuador Crece Sin Desnutrición Infantil están levantando la información de la provincia, donde se han focalizado 800 madres de familia que recibirán el Bono Infancia con Futuro, que será destinado a los nueve meses de gestación y hasta completar los primeros 1000 días de vida del infante, esto siempre y cuando exista un compromiso en cuestión a chequeos médicos, vacunación y una correcta nutrición tanto de la madre como del niño.

“Hay 780 parroquias priorizadas a nivel del país y las primeras 220 ya están siendo intervenidas, y se busca asegurar el buen futuro para los niños, una buena salud para las madres y así gocen de un adecuado desarrollo para tener éxito en la vida”, añade Coronel.

Oswaldo Coronel, gobernador de Cotopaxi.

Ahora bien, también están otras labores que puntualiza Luis Peña, especialista en nutrición humana, quien menciona cinco trabajos que se deben realizar para mitigar la desnutrición crónica infantil. 

  1. Lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y complementaria hasta los dos años de edad para que el niño desarrolle defensas.
  2. Enseñar a las familias que con los alimentos que se tiene sí se pueden alimentar mejor y así destinar una parte al cuidado de los niños.
  3. El acceso a agua segura. Sin ella los niños pasarán solo enfermos y no podrán crecer sanos.
  4. Acceso a servicios de salud, donde las madres gestantes deben asistir a los respectivos controles al igual que a los infantes.
  5. La actividad física, porque si enseñamos poco a poco a los niños a realizar ejercicio, la salud mejorará.

José Escandón agrega que una acción importante es la participación de las instituciones privadas, e invita a seguir sumándose para luchar juntos contra este problema que afecta a miles de niños y niñas como Vanessa y Danny, dos infantes que posiblemente enfrenten graves secuelas en su futuro, en su rendimiento laboral y en su misma calidad de vida.

Un reportaje propositivo para luchar contra la DCI

Este reportaje es uno de los dos trabajos ganadores de la primera convocatoria de becas periodísticas sobre la Desnutrición Crónica Infantil (DCI) en Ecuador.

La Fundación Redni y Youtopía Ecuador se unieron con el objetivo de motivar a los comunicadores a proponer soluciones mediante investigaciones y mostrar esta problemática que nos afecta a todos.

Ficha técnica del periodista

Nombre: Cristian Javier Guanoluisa Chiluisa

Edad: 24 años


Lugar de nacimiento: Latacunga, Cotopaxi


Título obtenido: Licenciatura en Comunicación por la Universidad Técnica de Cotopaxi.


Medio en el que colabora: Radio Latacunga AM-FM


Descripción metodológica: investigación de los factores sociales y las políticas públicas alrededor de la Desnutrición Crónica Infantil (DCI), a partir de dos historias de vida de familias que tengan un hijo/a con desnutrición infantil en la parroquia rural de Guangaje.


Bibliografía y datos:

  • Artículos publicados por la Unicef sobre la Desnutrición Crónica Infantil.
  • Datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2018.
  • Datos de la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo 2022 (ENEMDU).
  • Datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).
  • Capacitación con la Fundación REDNI Ecuador sobre Desnutrición Crónica Infantil.
    Tipos de fuentes:
  • Oficiales: Director del Centro de Salud Tipo B de Guangaje, Gobernador de Cotopaxi y Auxiliar Pedagógica de la Casa Parroquial.
  • Especializadas: Médico General del Patronato Provincial y Nutricionista.
  • Interesadas: Familias de dos niños con DCI y habitantes de Guangaje.
    Recursos empleados:
  • Equipo para la producción y edición del audiovisual y del reportaje escrito.
  • Guías para llegar a las casa de las dos familias.
    Tiempo que duró el trabajo: doce días

Los primeros becarios

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1 comentario en «Vanessa y Danny lidian con la desnutrición crónica en los páramos de Guangaje»

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