Por Cristina Márquez
El 2023 dejó avances en la lucha del Ecuador contra la Desnutrición Crónica Infantil (DCI) y nuevos retos que el Gobierno Nacional, organizaciones no gubernamentales, academia y otros actores de la sociedad civil plantean abordar este 2024.
Expertos y activistas de las mesas ciudadanas que se unieron para debatir sobre la DCI concuerdan en que el país dio pasos pequeños pero necesarios, para asegurar el futuro de la niñez.
La organización de mesas técnicas, la visibilidad mediática del tema y el hecho de que la discusión sobre la desnutrición infantil está sobre el tapete, son aspectos positivos que se destacan sobre la prevención de la DCI en Ecuador.
Sin embargo, la deuda del país con la niñez continúa. La incorporación de proyectos para la prevención de la desnutrición en las agendas de los gobiernos locales y provinciales, así como la asignación presupuestaria son temas pendientes.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) presentó los resultados de la Encuesta de Desnutrición Crónica Infantil (ENDI). Las cifras mostraron un descenso en los índices de DCI que fueron celebrados por el Gobierno, pero puestos en tela de duda por académicos e investigadores quienes creen que se requiere más análisis.
Aquí presentamos algunos de los temas que marcaron el 2023 en la prevención de la DCI en el país.
El índice nacional de la DCI bajo del 27.2% al 20.1%
Los resultados de la ENDI se conocieron este 2023, tras un año y medio de levantamiento de información y toma de muestras.
El estudio, que se realizó en dos fases, recogió información sobre el estado nutricional, medidas antropométricas, pruebas de hemoglobina y otros datos en 27 000 hogares de las 24 provincias.
La investigación se concentró en las parroquias catalogadas como priorizadas, por la Secretaría Ecuador Crece Sin Desnutrición Infantil.
También se tomaron muestras sobre la calidad del agua, que consumen los niños y se monitorearon los niveles de cobertura de las vacunas.
«Los datos recabados por la ENDI son importantísimos (…) Esta radiografía nos ayuda a saber en qué puntos se deben concentrar nuestros esfuerzos». Así lo dijo en una entrevista con un medio radial, María José Pinto, titular a cargo de la Secretaría Técnica Ecuador Crece Sin Desnutrición Infantil.
Uno de los principales indicadores que se esperaba de la ENDI es el índice nacional de desnutrición, en niños menores a dos años. El último dato conocido antes de la publicación de los resultados de la nueva encuesta era el la Ensanut, levantado en el 2018.
Esa encuesta mostraba que el índice nacional de DCI era del 27.2%. Mientras que el nuevo dato señala que el 20.1% de niños en ese rango de edad están desnutridos.
Patricia Herrera, académica de la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, lidera varios proyectos de investigación sobre el estado nutricional de los niños en la Sierra Centro. Su trabajo se concentra en Chimborazo, que tiene el promedio más alto de DCI del país (35.11%).
«Los resultados de la ENDI nos dejaron la conclusión de que se debe investigar más, para corroborar que esa información es precisa», señala Herrera.
«No se puede haber bajado siete puntos en dos años porque sabemos de la complejidad y la multicausalidad de este problema y en las comunidades la realidad no ha cambiado», afirma.
La mala calidad del agua en la Amazonía, preocupación latente
El 36.7% de niños menores a cinco años beben agua contaminada con heces fecales. Este dato alarmante también es uno de los resultados revelados por la ENDI.
El consumo de agua contaminada con la bacteria E. Coli, que proviene de las heces fecales, causa graves infecciones parasitarias y diarreicas. Esto no solo agrava el mal estado nutricional de los niños, sino que reduce la expectativa de vida de quienes padecen estas enfermedades frecuentemente.
El 56.5% de los niños que bebe esta agua de mala calidad está en el sector rural y el 25.9% en la zona urbana. Los municipios más afectados por esta realidad son los de la Amazonía.
Un grupo de investigación de la Universidad de las Américas (UDLA) también estudió las enfermedades transmitidas por el agua contaminada y descubrió que el grupo ético más afectado son los indígenas y que esto influye en su esperanza de vida.
«Mientras la esperanza de vida de una persona autodefinida como blanca en Ecuador es de 79 años, la de un indígena es de 40, por la mala calidad de agua que consumen en sus territorios. Esto revela un problema social gravísimo que requiere atención emergente», dice Esteban Ortiz, líder del equipo de investigación y experto en salud pública.
Más atención prenatal y lactancia materna, retos para el 2024
La estrategia que aplicarán las entidades de salud para captar a las mujeres embarazadas es clave en la prevención de más casos de DCI en el país. Los expertos señalan que además de la atención médica, las mujeres y sus parejas deben ser sensibilizados respecto a la importancia de la lactancia materna y la crianza afectuosa de los niños.
«La infancia saludable no solo depende de lo que los niños van a comer sino de su entorno, del juego y del afecto que reciban de sus padres. De eso dependerá el desarrollo de su sistema cognitivo que se logra sólo en los primeros mil días de vida», dice Luis Terán, psicólogo infantil y activista de la Mesa Ciudadana para la Reducción de la DCI en Chimborazo.
Cuatro provincias del Ecuador fueron destacadas como ejemplo de cómo las prácticas saludables pueden evitar la DCI. El Oro, Guayas, Imbabura y Azuay tienen los niveles más altos de atención prenatal en el país y los más bajos de desnutrición infantil.
Escuelas para madres y otras iniciativas salvaron a decenas de niños de la DCI
Al menos 200 niños de la Sierra Centro y sus madres accederán este 2024 a la nueva etapa del proyecto Madres Guía, de la Fundación Redni y de World Vision Ecuador.
Esta iniciativa consiste en capacitar a madres gestantes y con niños pequeños, sobre la alimentación saludable, las prácticas de higiene y seguridad alimentaria; así como una innovadora metodología denomina Go Baby Go, para criar a los niños con afecto.
El proyecto ya graduó a más de 40 niños de Chimborazo, en una ceremonia para festejar que cumplieron sus primeros mil días de vida libres de desnutrición.
El impulso a campañas para la donación de leche materna también tomará más fuerza este 2024. Las madres que donan el excedente de su leche, para que los niños que no pueden recibirla de sus madres puedan asegurar su nutrición en sus primeros días, han sido calificadas como heroínas.
En Ecuador hay 22 bancos de leche que reciben la leche, la pasteurizan y la entregan a los recién nacidos. «Para este año esperamos poder incrementar la cobertura del Banco de Leche, para que más niños que, por complicaciones médicas de las mamás no pueden lactar, se beneficien. No hay ninguna fórmula que iguale a la leche materna y es la mejor forma de prevenir la desnutrición en los primeros días de vida», dice Raquel Rivera, directora del Banco de Leche Materna en Riobamba.