Una investigación muestra el impacto del petróleo en la salud de la población de cuatro provincias amazónicas. El trabajo recopila el análisis de 4.799 documentos.
Redacción Youtopía
Una investigación académica determinó que en las últimas dos décadas, la actividad petrolera causó daños en la salud de la población de cuatro provincias amazónicas.
Con información recopilada entre los años 2002 a 2023 se determinó que esta industria provocó afectaciones en Orellana, Sucumbíos, Napo y Pastaza.
Eso se desprende del proyecto de sistematización ‘La salud petrolizada: sistematización de un eco-genocidio en la Amazonía Ecuatoriana’, efectuada entre enero y diciembre del 2023.
El proyecto fue desarrollado por la Universidad Andina Simón Bolívar (sede Ecuador) y las asociaciones Medicus Mundi Araba y Medicus Mundi Gipuzkoa.
La iniciativa fue financiada por la Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo. Además, tuvo la participación de las organizaciones Acción Ecológica y Fundación Desafío.
La investigación sobre el impacto del petróleo
La sistematización de la documentación, compilada en los últimos 20 años, correspondió a libros, revistas, tesis, artículos, informes y boletines, de 17 instituciones académicas y sociales.
De un total de 4.799 documentos examinados en la primera fase (revisión sistemática y tamizaje), se seleccionaron 763 para la segunda fase (análisis cualitativo y cuantitativo).
“En el componente cualitativo se procuró exponer, analizar y visibilizar los impactos en la salud a nivel ambiental, territorial, comunitario, familiar e individual”, señala el informe.
A la par se analiza, desde una perspectiva geográfica, la distribución de bloques petroleros, instalaciones petroleras, pozos, mecheros y la presencia de operadoras públicas y privadas.
Los principales impactos en suelo, agua y aire
Daños al suelo: las actividades petroleras, sísmica, construcción de vías, plataformas, oleoductos, gestión inapropiada de desechos tóxicos y derrames, han contribuido a la deforestación, la erosión y la pérdida de fertilidad y productividad del suelo.
Daños a fuentes de agua: trazado de líneas sísmicas, construcción de plataformas, incineración de gas residual (que desencadena la lluvia ácida), abandono de piscinas, contaminan fuentes de agua. Entre ellas, ríos, esteros, aguas subterráneas y lagunas, destinadas al consumo humano y animal.
Contaminación del aire: el tránsito de vehículos pesados y la combustión de gas o crudo en pozos y piscinas contaminan el aire, al emitir partículas de polvo, ruido y gases tóxicos. Estas emisiones contribuyen al efecto invernadero y afectan a la calidad del agua de lluvia.
Impactos en la fauna: la construcción de carreteras y la operación de generadores en estaciones generan ruido, desplazan animales y reducen sus poblaciones.
Impactos en flora: la construcción de helipuertos y excavaciones, las altas temperaturas y gases tóxicos derivados de la quema de gas provocan la destrucción de bosques, pastos y árboles frutales.
Bioacumulación en la cadena trófica: la liberación de componentes densos del petróleo en el entorno provoca acumulación en sedimentos y vegetación acuática, e ingresa a la cadena alimentaria.
Los principales impactos en la salud: cáncer
En la Amazonía se ha registrado una pandemia letal de cáncer, que ocupa el primer lugar entre las enfermedades asociadas a la contaminación generada por procesos de petrolización.
Entre 2010 y 2016, la tasa de mortalidad por cáncer en zonas petroleras alcanzó 534,9 por cada 100 mil habitantes, triplicando la media nacional (157 casos x 100.000 habitantes).
La prevalencia de cáncer es mayor en mujeres que en hombres. Los estudios más recientes indican que un 72,6% de los casos registrados en Sucumbíos y Orellana afectan a mujeres.
La carencia de atención médica, suministros farmacéuticos, seguimiento y cuidado en los centros de salud también han contribuido al incremento de la mortalidad por cáncer.
Desnutrición infantil y discapacidades
La falta de acceso a agua potable, la contaminación y degradación y disminución de recursos naturales son determinantes que condicionan la salud de la población, especialmente infantil.
Los efectos más evidentes son las enfermedades diarreicas y la desnutrición lo que a su vez afecta a su desarrollo físico y mental de los niños.
Además, existe una alta prevalencia de discapacidades en la población residente en zonas de explotación petrolera. Entre ellas se mencionan ceguera, artrosis y epilepsias.
También se destaca que resultan notorias las complicaciones económicas que enfrentan las familias para cubrir las necesidades de personas con discapacidad.