Redacción Youtopía
Pequeños negocios que deciden utilizar en sus locales focos ahorradores de energía o desechar de mejor manera el aceite que usan para la preparación de alimentos son grandes pasos hacia el objetivo de lograr sociedades más comprometidas con el cuidado del ambiente.
Son ese tipo de emprendimientos de la economía popular y solidaria que se pueden beneficiar de créditos verdes, a través del financiamiento que les otorgan entidades como las cooperativas de ahorro y crédito. Este segmento financiero es fundamental a la hora de impulsar el desarrollo de este sector y promover una reactivación económica pospandemia.
Entre junio 2021 y mayo 2022, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Corporación Nacional de Finanzas Populares y Solidarias (Conafips) emprenden el proyecto ‘Hacia una recuperación económica verde, inclusiva y competitiva en el 2030’, ejecutado por la Iniciativa Finanzas para la Biodiversidad (Biofin).
Esta iniciativa tiene el objetivo de asegurar la inclusión en la reactivación económica del segmento popular y solidario, mediante la asistencia técnica y capacitación, para promover la adopción de modelos de negocio sostenibles y con un enfoque transversal de género.
Una de las herramientas que contribuye a lograr ese propósito es el Sistema de Administración de Riesgos Ambientales y Sociales (Saras). Se trata de un mecanismo que permite identificar, evaluar, mitigar y monitorear los riesgos socioambientales del portafolio de una institución financiera.
Según estudios realizados por Biofin, el Saras es una metodología que requiere de una implementación armónica con los procesos habituales de evaluación de créditos. Es decir, el sistema debe ser visto como una herramienta de gestión de riesgos.
Mediante el uso de Saras se puede ayudar al microempresario, a mejorar sus procesos de producción con enfoque sostenible. Por ejemplo, en el agro se puede orientar a mejorar el uso de pesticidas, cómo manejar bien los desechos, cómo no contaminar los ríos, entre otras recomendaciones que apunten al objetivo y lograr más competitividad.
Más recursos a través del financiamiento internacional
El presidente del Directorio de Conafips, Roberto Romero, destaca que entre enero de 2021 hasta abril de 2022 -al ser un mecanismo de banca de segundo piso-, el saldo de créditos colocados por la entidad a través de cooperativas de ahorro y crédito alcanzó los USD 480 millones.
Se trata de una cifra que se destaca por tener componentes de inclusión y responsabilidad social, con énfasis en créditos para mujeres y emprendedores.
De los USD 480 millones, 108 millones han pasado por un proceso prolijo orientado a temas de responsabilidad ambiental, con énfasis en el sector agropecuario.
“Con apoyo del PNUD y de la CAF logramos instalar el modelo Saras en 76 cooperativas de ahorro y crédito, que representan un poco más del 70% del número de socios de las cooperativas de ahorro y crédito a nivel nacional”, destaca Romero.
La meta de colocación de créditos de Conafips para 2022 llega a USD 355 millones. La banca internacional es clave para lograr ese objetivo y para ello se hacen contactos externos.
Uno de ellos, por ejemplo, el AIIB (Banco Asiático de Inversión e Infraestructura) que, según Romero, tiene previsto desarrollar una primera operación de crédito con Latinoamérica, a través de Conafips, con un fondeo de USD 100 millones en el transcurso de este año.
Otra entidad que destinaría recursos al financiamiento verde de Conafips este año es el GCF (Green Climate Found), uno de los fondos de financiamiento verde más grande del mundo, con USD 50 millones, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).