Redacción Youtopía
Entre los grandes desafíos de la actualidad está lograr un equilibrio entre producción, consumo y manejo de residuos. Uno de los modelos que contribuye a ese fin es la Economía Circular (EC).
Ecuador está en ese camino y para lograrlo cuenta con una Ley Orgánica de Economía Circular Inclusiva y su Reglamento. Y para su plena implementación se trabaja en una estrategia.
El documento que marcará la hoja de ruta de la Estrategia Nacional de Economía Circular Inclusiva estará listo en el primer trimestre de este año.
Así lo anunció la viceministra de Producción e Industrias, Melissa Larrea, en el marco de la Quinta Mesa Nacional de Economía Circular, realizada en Quito, el 23 de enero.
“Para ello se espera contar con una presencia participativa de todos los actores involucrados: academia, sectores productivos, gobierno, autoridades locales”, señaló la Viceministra.
“Es de vital importancia que todos, desde nuestro ámbito de acción, nos involucremos en este proceso de transición”. Así lo señaló Fabio Scotto, director del proyecto Futuro Circular que lidera la Fundación ACRA.
Con este proyecto, que se ejecuta en Napo, Tungurahua, El Oro, Manabí, Santo Domingo, Azuay y Galápagos, se busca promover procesos de desarrollo locales sostenibles, enfocados en la transición hacia una economía circular.
El contexto empresarial y otras iniciativas pro Economía Circular
Durante la Quinta Mesa Nacional de Economía Circular se desarrolló un panel enfocado en ecoetiquetado, distintivos y certificaciones, en el contexto del desarrollo de la EC.
De acuerdo con el reporte 2022 de ISO, se habla de que en Ecuador hay 193 empresas certificadas con ISO 14000 (gestión ambiental); apenas cinco empresas certificadas con ISO 50001 (gestión energética) y 1.291 tienen certificación ISO 9001 (gestión de calidad).
Los datos los comentó Mauricio Rodríguez, subsecretario de Calidad. Eso refleja el gran reto que tienen las empresas en el país, por alcanzar mejores indicadores de sostenibilidad en sus procesos.
De todas maneras hay iniciativas que buscan avanzar en la implementación de mejores prácticas enfocadas en la EC. Una de ellas es la que promueve GIZ con EcoAdvance.
Fernanda Sánchez, representante del proyecto -que se ejecuta en Ecuador, Brasil, México, Colombia y Costa Rica- explicó que se busca intercambiar experiencias sobre el ecoetiquetado tipo 1.
El Centro Ecuatoriano de Eficiencia de Recursos y Producción más Limpia (CEER), en cambio se enfoca en una producción sostenible, con base en los principios de la Economía Circular.
Su directora Miriam Orbea, indicó que han apoyado a más de 400 empresas, con propuestas enfocadas en modelos de negocios sostenibles. El CEER también ha trabajado en estructurar el Esquema de Certificación Ecuatoriana para la Circularidad.
En el foro también intervino Gabriela Urresta, vicepresidenta de Fedexpor. La ejecutiva aportó con otras cifras: en 2020, de 700 empresas exportadoras identificadas, ni el 15% tenía certificaciones.
A partir del 2021 el gremio comenzó a desarrollar acciones enfocadas en EC. Desde allí, un centenar de empresas tiene diagnósticos de EC; además, 100 personas se formaron como gestoras de EC. Ahora hay unas 10 empresas que ya tienen procesos de economía circular.
Acreditaciones y certificaciones, entre los temas pendientes
Miriam Romo, coordinadora general del Servicio de Acreditación Ecuatoriano (SAE), anotó que la acreditación tiene un rol muy importante en el marco de la EC.
La especialista pone como ejemplo que en el mercado en general, no solo en Ecuador, se comercializan productos con distintivos, logos o sellos enfocados en lo ambiental. Pero que no carecen del respaldo técnico que garantice su sostenibilidad.
“Actualmente (en Ecuador) aún no hemos acreditado a una certificadora, específicamente en algún aspecto vinculado con Economía Circular”, señaló Romo.
Asimismo, comentó que una de las preocupaciones que hay a nivel mundial es que existan sistemas ambiguos que no tengan el soporte técnico y “se esté certificando cualquier cosa”.