Por Isabel Alarcón
A pesar de que el jaguar es el felino más grande de América, y el tercero del mundo, no escapa de la caza y el tráfico de especies. Este animal, que mide dos metros de largo y pesa más de 150 kilos, es requerido por sus dientes, piel y cabeza. En ocasiones, incluso, es víctima de la mascotización.
El comercio ilegal en el mundo digital es una de las principales amenazas para esta especie que es un ícono cultural y espiritual en el continente. Para recordar la necesidad de protegerlo de este y otros peligros, cada 29 de noviembre se conmemora el Día Internacional del Jaguar.
Hasta 1975, sus poblaciones fueron afectadas por el comercio internacional de pieles. Esto se detuvo en ese año, cuando fue incluida en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Este comercio ya no se consideraba como una amenaza prioritaria para el felino, pero un estudio reciente de Wildlife Conservation Society (WCS) revela que las redes sociales y las plataformas han potenciado los peligros para el animal.
Reemplazo de los tigres en China
Galo Zapata Ríos, director Científico de WCS Ecuador, cuenta que una de las hipótesis es que se está cazando jaguares para satisfacer la demanda de partes de tigres en China. Estos últimos son cada vez más escasos y tienen más protección. Por eso, los reemplazan con las partes del felino de América.
En el estudio se encontraron 230 publicaciones, realizadas entre 2009 y 2019, que comercializaban a este animal en 31 plataformas en línea. Los dientes fueron las partes más requeridas. Ecuador y Perú se ubicaron en el cuarto puesto de los países analizados con mayor número de dientes comercializados, con el 12% de las publicaciones.
Para Zapata Ríos, esta amenaza pondría en riesgo a la especie. En Ecuador las poblaciones de jaguar ya están afectadas por diversas causas. En la Costa se estima que hay entre 30 y 50 jaguares, por lo que la especie ha sido clasificada como ‘En Peligro Crítico’, que es el nivel previo a la extinción. La población de la Amazonía se cree que está en mejores condiciones, pero está considerada ‘En Peligro’. Es decir, solo un nivel menos de preocupación.
Los jaguares no son mascotas
Aunque no hay datos sobre el tráfico en línea de este felino en el país, se han registrado casos relacionados.
Un jaguar con un collar recostado en medio de la sala de una casa, dos crías de este animal jugando sobre una alfombra, y un hombre abrazando a dos de estos felinos en una sesión de fotos son algunas de las imágenes que se viralizaron en las redes sociales a finales del 2020. Estas se habrían tomado en Guayaquil, como se indicaba en las publicaciones originales. A dos años de su denuncia, el caso sigue en investigación.
Abel Gallo, director de Conservación de la Fundación JAPU, recuerda que varias personas enviaron estas publicaciones a las redes sociales de la organización. Lo que más impactó a Gallo fueron los comentarios en las fotos: “me encantaría tener uno”, “parece un gatito” o “dónde puedo conseguirlo”.
El grupo puso una denuncia en la Fiscalía y notificaron al Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica. Aunque no han recibido respuestas, siguen esperando que se aclare esta situación.
La Fundación JAPU se creó en 2020 para proteger al jaguar y estudiar su estado en la Costa, ya que ahora solo habita en partes de Esmeraldas. En el pasado, se distribuía también en Guayas, El Oro y Manabí.
La deforestación ha sido uno de los principales problemas en esta región. Un estudio de JAPU revela que se ha perdido el 97% de la cobertura arbórea del bosque seco tropical en la Costa ecuatoriana. Esto afectó al jaguar y a las especies que son su fuente de alimento.
Acciones para amenazas locales
El conflicto humano- fauna es otra amenaza para las dos poblaciones de jaguares del país. Debido a la disminución de alimentos, el jaguar se acerca a las zonas pobladas, donde no se manejan adecuadamente los cultivos ni el ganado. Cuando los jaguares se comen a estos animales, son cazados por la población en retaliación.
Arias dice que WWF está trabajando con el MAATE para establecer una estrategia nacional de coexistencia para prevenir y actuar en estos casos. Por otro lado, existe un proyecto con las comunidades de la zona del Cuyabeno para monitorear a las poblaciones de jaguar.
WCS arrancó el proyecto Integrando el enfoque de paisajes en la conservación de la vida silvestre con énfasis en jaguares. Este cuenta con el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF), MAATE y Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Galo Zapara Ríos explica que la idea es establecer estrategias que protejan al felino y, así, asegurar también el bienestar del resto de animales que habitan en este ecosistema.
Por otro lado, en el centro Los Jaguares, ubicado en Morona Santiago, se mantienen especímenes bajo cuidado humano. Los dos primeros fueron rescatados en la selva y, con su llegada, empezó el programa de conservación ex situ. Agustin Paredes Jacome, responsable de Proyectos en el Centro de Rescate Los Jaguares, cuenta que este centro se sustenta con programas de voluntariado.
Además, se lleva a cabo un proyecto de turismo y educación con tres comunidades shuar. Paredes Jacome dice que el objetivo es brindar oportunidades de acceso al conocimiento, económicas y de inclusión laboral como alternativas frente a la caza y al tráfico de especies.
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