Por Xavier Basantes, desde Nueva York
Los números de color rojo destacan en la esquina de la Cuarta Avenida y la calle 14. La luz que proviene de ese reloj gigante ilumina este sector de Union Square, en Manhattan.
Es casi la medianoche del sábado 3 de diciembre del 2022 y decenas de personas caminan por la zona. El clima bordea el límite del termómetro y el frío casi empaña la lente de la cámara.
Pocos hacen una pausa y miran el Reloj Climático. Ese día, este enorme aparato mostraba que faltan seis años, 230 días, 11 horas y 26 minutos para hacer algo para salvar al planeta.
Este enorme reloj digital (Climate Clock) muestra la ventana del tiempo que va pasando mientras el planeta se sigue deteriorando.
Cada segundo que transcurre define el tiempo que falta para hacer algo para evitar que la temperatura global supere los 1,5 grados centígrados (1,5 °C).
Para calcular el tiempo que resta ‘para hacer algo’, los creadores (Gan Golan y Andrew Boyd) tomaron como referencia estudios del Instituto de Investigación Mercator sobre bienes comunes globales y cambio climático de Berlín.
La iniciativa no solo contempla advertir sobre el tiempo que queda, en su sitio web Climate Clock, los creadores muestran dos grupos de números en la parte superior de la página.
El primer número en rojo muestra el “deadline” o fecha límite para evitar alcanzar los 1.5 °C; el segundo, en verde, denominado “lifeline” o “línea de vida” es un valor que monitorea el porcentaje de energía mundial que proviene de fuentes renovables.
Para cumplir la meta de no superar los 1.5 °C, el camino es claro: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Todas las emisiones de CO2 deben caer a cero neto, para el 2050.
Mientras tanto, algunos pasan inadvertidos por el lugar, el frío los hace apresurar el paso, se muestran indiferentes. Otros hacen una pausa en su trayecto, miran el reloj, toman fotografías y se retiran. Es una manera de alertar sobre la crisis derivada del cambio climático.
