Por Cristina Márquez
Las aguas heladas de las Lagunas de Ozogoche guardan un secreto. Cada septiembre decenas de pequeñas aves grises aparecen muertas sin motivo aparente.
La ciencia aún no llega a un acuerdo sobre por qué algunos ejemplares de bartramia logicauda viajan alrededor de 10.000 kilómetros desde Norte América para caer en picada en las lagunas ubicadas en los páramos del sur de Chimborazo.
El misterio de las aves muertas originó rituales andinos, leyendas y al menos una decena de hipótesis de investigadores que aún intentan explicar con bases científicas lo que ocurre en Ozogoche.
El agotamiento físico, el mal clima, la falta de alimento, las bajas temperaturas que les ocasionan un shock térmico… son algunas de las teorías que investigan académicos y científicos independientes.
Entre tanto los comuneros lo atribuyen a un magnetismo energético de las lagunas, a un tesoro brillante avistado por las aves desde lo alto o incluso a un sacrificio a la Pachamama por la fertilidad de la tierra.
La migración de la bartramia longicauda está amenazada por la degradación del ecosistema
La batramia longicauda es una especie única en su género, conocida en Ecuador como cuviví. La gente la llamó así por el sonido particular que emite mientras vuela.
Los cuvivíes anidan y se reproducen en Alaska, Canadá y algunos estados del norte de Estados Unidos. Cuando termina la época reproductiva, entre mayo y junio, las aves inician uno de viajes migratorios más asombrosos del mundo animal.
Las aves vuelan hasta 14.000 kilómetros desde Norte América para descansar durante cinco meses en el Este de Argentina. Luego retornan al norte para reproducirse, y cuatro meses después están listas para iniciar el viaje nuevamente.
La especie está en un estado de preocupación menor, sin embargo, hay alarma por las amenazas que enfrentan en su largo recorrido, la principal es la reducción de su hábitat por la ampliación de la agricultura.
«Esta especie es muy sensible. Para sus ‘stopovers’ o sitios de descanso requieren extensiones grandes pastizales nativos con vegetación heterogénea. Estas áreas son cada vez más escasas por la expansión de la agricultura, la forestación maderera, la ganadería y la degradación del ecosistema», dice el investigador chileno Carlos Vidal.
Según BirdsLife su población mundial está estable en la zona central de Estados Unidos y Canadá, pero está disminuyendo en el noreste. Por ejemplo, en Ontario, Canadá, la población se redujo en un 37% en un lapso de 20 años.
Investigadores analizan la misteriosa muerte de las aves en Ozogoche
Un grupo de académicos defiende la teoría de que las aves mueren por el agotamiento del viaje y el cansancio. Manuel Carrión, ornitólogo de la Fundación Zoológica de Quito, por ejemplo, explica que la migración es la etapa con mayor índice de mortalidad en la vida de un ave.
Él dice que al cruzar por el Canal de Panamá las aves se abren como un abanico para pasar el istmo y a partir de ahí toman diferentes rutas para llegar al norte de Argentina. El grupo que elige a travesar los Andes de Colombia y Ecuador enfrenta un doble esfuerzo físico, por lo tanto, una mayor mortalidad.
Otros investigadores le atribuyen la muerte de las aves a factores climáticos. Tatiana Santander, de la Fundación Aves y Conservación investigó el fenómeno en el 2014. Ella dice que los seis individuos hallados muertos tenían alimento en el estómago y buena musculatura, por lo que no cree que se deba al agotamiento.
El biólogo Sergio Lasso cree que las aves son víctimas de un shock térmico. «Las aves hacen su vuelo migratorio usualmente en las noches y al alba. En los Andes las temperaturas son muy bajas, pero aún más bajas sobre los espejos de agua. Al volar sobre esa columna de aire helado las aves mueren por el choque de temperatura», afirma.
El misterio de los cuvivíes, una oportunidad para el turismo comunitario
Los habitantes de las 28 comunidades que forman parte de la corporación Zula, Ozogoche, tienen sus propias teorías sobre la muerte de las aves.
Casi nadie ha logrado ver cómo mueren las aves debido a que en esa zona del Parque Nacional Sangay, ubicada a 3500 metros sobre el nivel del mar, no hay visibilidad en la noche. Además, el fenómeno usualmente ocurre precisamente cuando hay neblina espesa.
«Nuestros abuelos decían que las aves ven algo desde arriba cuando vuelan, algo que les atrae y hace que se suiciden. Nosotros sabemos que el agua de las lagunas es sagrada, medicinal, pero muy fría. Probablemente, cuando las aves bajan a tomar agua se mueren», cuenta Ángel Tierra.
Él también cuenta que antaño las aves eran encontradas muertas por cientos, por lo que la gente se preparaba para recolectarlas y alimentarse de su carne. Hoy, ese número es mucho menor, pero sigue generando mucho interés.
Cada año se organiza en Ozogoche el Festival del Tributo de las Aves, un evento cultural y deportivo promovido por el Municipio de Alausí para atraer a turistas nacionales, extranjeros e investigadores hasta ese destino.
«El festival deja recursos económicos para los moradores de ese sector que tienen emprendimientos de turismo comunitario. Además, es una estrategia para visibilizar nuestros atractivos turísticos», dice David Paguay, director de turismo del Municipio de Alausí.
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