Redacción Youtopía
El país cuenta con una nueva zona de protección de la biodiversidad y la provisión de servicios ambientales. Se trata del Corredor de Conectividad Llanganates-Sangay.
Los corredores son reconocidos como Áreas Especiales para la Conservación de la Biodiversidad, dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP). La declaratoria se dio mediante el Acuerdo Ministerial 2022-138.
El nuevo Corredor, que se suma al Sangay-Podocarpus, conecta a dos áreas protegidas, el Parque Nacional Llanganates y el Parque Nacional Sangay, y tiene una superficie de 92.148 hectáreas.
Está ubicado entre la Cordillera de los Andes y la cuenca amazónica, conocida como Piedemonte Andino-Amazónico. Este es un punto estratégico de importancia biológica de la región, con una alta densidad de especies únicas y cuencas hidrográficas.
La declaración de este nuevo Corredor es parte de una estrategia de conservación impulsada por el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (Maate) y los gobiernos autónomos descentralizados (GAD) de Pastaza, Tungurahua y Morona Santiago.
Esta iniciativa cuenta con la asistencia técnica del Fondo Mundial para la Naturaleza–WWF, el apoyo de Fundación Hempel Dinamarca y la Cooperación Belga para el Desarrollo.
El alcance del Corredor de Conectividad Llanganates-Sangay
El Corredor Llanganates-Sangay es un paso natural que conecta el páramo con la selva.
Este espacio de tierra, montañas y ríos alberga un sinnúmero de aves, mamíferos, anfibios, reptiles, invertebrados, peces, flores y es el hogar de especies emblemáticas, como el tapir de montaña, oso andino, jaguar y el puma.
Durante el 2022, en este territorio se describieron al menos tres nuevas especies de ranas que no se conocían y más de 50 especies de orquídeas únicas en el mundo.
Además, se identificaron 651 especies de aves. Por tal motivo, este corredor ha sido reconocido como Área Especial de Conservación.
Gustavo Manrique, ministro del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, explicó que en este territorio habitan 285 especies de mamíferos y reptiles. Además, se han descrito 40 nuevas especies incorporadas a la ciencia, pues este corredor es un gran laboratorio vivo.
“El área ofrece todo lo que necesitan para asegurar su sobrevivencia a largo plazo, lo que a su vez significa salud para los bosques, ecosistemas y una alta diversidad biológica«, señaló.
Tarsicio Granizo, director de WWF en Ecuador, añadió que “sin el esfuerzo de investigación y colaboración conjunta, habría sido imposible tener la información científica, técnica y la suma de voluntades para generar este corredor”.
Los beneficios de la conservación de este territorio
«Para nosotros como ciudadanía, este es un logro que nos llena de dicha. En el año 2000 arrancamos con esta iniciativa, al darnos cuenta de que vivíamos en una zona altamente biodiversa”. Así lo expresó Paul Malo Pozo, parte de la Red de Amigos del Corredor Llanganates Sangay.
Con la declaratoria de un corredor de conectividad se consolidan territorios vivos, conservados, diversos, ordenados y capaces de asegurar la vida, el bienestar de la gente y de los ecosistemas a lo largo del tiempo.
Su importancia radica en la posibilidad que tienen de aportar criterios de conectividad al ordenamiento territorial, el establecimiento de áreas específicas y planes de manejo para la conservación y actividades productivas en la zona que contribuye a un desarrollo sostenible e inclusivo.
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