Por Cristina Márquez y Redacción Youtopía
Lluvias extremas, prolongadas e intensas en algunos sectores del país, así como sequías en otras zonas, son algunos de los posibles efectos que podría producir el fenómeno de «El Niño» en Ecuador.
El Gobierno lo llama fenómeno de «El Niño Oscilacion Sur (ENOS)». Según los expertos, hay un 89% de probabilidades de que sea declarado oficialmente en el último trimestre de este año.
Las anomalías climáticas se deben al incremento en la temperatura de las masas oceánicas, lo cual altera la atmósfera.
La temperatura usual del mar en junio suele ser de entre 21 y 24 grados centígrados. Sin embargo, las estaciones del Instituto Oceanográfico de la Armada (Inocar) reflejan un incremento anómalo de entre cuatro y seis grados.
La temperatura anormal de las corrientes marinas empezó a registrarse en marzo, lo que ya ha ocasionado lluvias torrenciales en el Litoral. Provincias como Esmeraldas, Santo Domingo de los Tsáchilas y Santa Elena registraron hasta un 200% más lluvias de las que se esperaba.
Sin embargo, el fenómeno no ha sido declarado debido a que se inició la transición a la temporada seca por la presencia de la corriente de Humboldt y se espera una disminución de las precipitaciones. El septiembre se tendrá una modelación más precisa del comportamiento climático, que sigue patrones parecidos a «El Niño» de 1997 y 1998 en el país.
Los daños pueden ir desde la ausencia de pesca de especies de aguas frías hasta la destrucción de infraestructura vial y productiva en poblaciones que están hasta 1.500 metros de altitud en el país, con graves consecuencias humanas, sociales y económicas.
El cambio climático influye en los patrones de precipitación
El fenómeno de ‘El Niño’ ha sido declarado oficialmente en Ecuador en tres ocasiones.
En 1983 y en 1997-1998 las pérdidas por las lluvias e inundaciones fueron millonarias. En el 2015, hubo pérdidas de infraestructura pública y aluviones, pero los daños fueron menores.
Este año el temor por los efectos que pueda causar el sobrecalentamiento del mar generan más preocupación. Madelyn Enríquez, técnica del Instituto Nacional de Hidrología y Meteorología (Inamhi), explica que, en caso de ser declarado, el fenómeno de «El Niño» tendrá una lectura adicional: el cambio climático.
Según los expertos, el calentamiento global es el responsable de los cambios en los patrones de precipitación. En los últimos cinco años, la distribución y la intensidad de las lluvias se modificaron.
"El cambio climático hace que los eventos sean más extremos. Hemos visto en diferentes partes del planeta nevadas extremas, sequías, olas de calor sin precedentes. Y en Ecuador, también se sienten estos efectos", dice la climatóloga Cristina Argoti.
Esta combinación de eventos extremos con las lluvias intensas que se esperan en el último trimestre del año, cuando se inicie la estación lluviosa, preocupa a la gente. Sobre todo a quienes viven zonas vulnerables y a los expertos en gestión de riesgos.
200 millones de dólares se registraron en pérdidas económicas a causa del Fenómeno del Niño se registraron entre 1996 y 1997. Los sectores más afectados fueron el agrícola, pecuario y hubo cuantiosos daños en la infraestructura pública.
Fuente: Secretaría Nacional de gestión de Riesgos
El cambio en el uso del suelo también aumenta el riesgo
Julián Tucumbi, director de la zona 3 del Servicio Nacional de Gestión de Riesgos, explica que en la matriz de riesgos que efectuó, el cambio climático está catalogado como una amenaza.
"Sabemos que el cambio climático está conectado a muchos de los eventos adversos que hemos visto en el mundo, en los últimos años. Ecuador no está lejos de esa realidad y hemos tenido precipitaciones sin precedentes", dice Tucumbi.
La relación entre el Fenómeno de 'El Niño' y el cambio climático ha generado un debate para la ciencia. Mientras algunos expertos aseguran que aún no hay suficiente evidencia para vincularlos, otros científicos afirman que ambos fenómenos podrían interactuar. Uno de ellos es Marco Sinaluisa, investigador ambiental de la Universidad Técnica de Ambato.
"El calentamiento de las aguas superficiales del Océano Pacífico, que es una característica clave de 'El Niño', puede ser más pronunciado debido al aumento general de las temperaturas del océano, causado por el cambio climático. Esto puede resultar en un Niño más fuerte y duradero", afirma.
Otro factor de riesgo es el cambio en el uso del suelo. Las zonas de influencia de las quebradas y cerros ahora tienen una mayor carga de población; esto significa que hay más personas viviendo en zonas de alto riesgo.
"Tenemos más amenazas que en las tres ocasiones anteriores, pero también estamos más preparados", señala Tucumbi.
El Gobierno arma un plan para “El Niño Oscilación Sur”
Oleajes en el perfil costanero y afectaciones por inundaciones en unos 147 cantones de 17 provincias, situados hasta los 1.500 metros sobre el nivel del mar. Ese panorama es parte de un escenario probable en el Ecuador, desde septiembre de este año.
El Gobierno trabaja con datos históricos y modelaciones. Con esos análisis ha concluido que el fenómeno de “El Niño Oscilación Sur (ENOS)" puede presentarse en el Ecuador con igual o mayor intensidad que en el período 1997-1998. Por eso alista su plan para mitigar el impacto social y económico que pudiera producirse.
En un diálogo con una treintena de periodistas, el presidente Guillermo Lasso, acompañado del vicepresidente Alfredo Borrero y de los responsables del monitoreo del fenómeno y la coordinación de las acciones, presentó este martes 27 de junio, una bitácora con varias etapas.
Se han contemplado cinco fases, desde la posible alerta naranja hasta la roja, y la reconstrucción. El estudio analiza los sectores que pudieran resultar afectados (social, salud, educación, agricultura, transporte, vivienda, entre otros) y bosqueja el trabajo que coordinará el Gobierno con los COE y los Gobiernos Autónomos Descentralizados.
Lasso considera que se trata de un problema que debe abordarse conjuntamente, fuera de cálculos políticos e independientemente del calendario electoral. Lo comparó con el covid-19 y anunció acciones para que los próximos gobernantes dispongan de recursos y de un plan.
Encargó al vicepresidente Borrero que recorra desde este 29 de junio el perfil costanero y converse con los pobladores y las autoridades locales, mientras él se reúne, desde el lunes pasado, con representantes de los organismos multilaterales para redireccionar fondos que tenían otros destinos.
El plan arrancará con USD 266 millones, 200 de los cuales provendrán de la colocación de Certificados de Tesorería (Cetes) en la banca privada y 66 del presupuesto estatal. Cuenta asimismo con un crédito de la CAF para mantenimiento de vías que ya estaba aprobado.
Lasso prevé presentar un decreto de emergencia sobre contratación pública, para que los constructores puedan hacer los estudios de las obras. También contempla la monetización de activos estatales que prefiere mantener en reserva hasta el momento de la decisión.
Se estudiará la posible afectación al sector petrolero e hidrocarburífero, entre otros considerados estratégicos, para tomar medidas. También se analiza la mejor manera de informar oportunamente a la población.
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