Por Cristina Márquez
Una población saludable de salamanquesas, una especie de la que sólo se conocía un subfósil de hace 5 000 años y se creía extinta, fue encontrada en la isla Rábida, en el archipiélago de Galápagos.
El avistamiento de las salamanquesas y de otras especies amenazadas como el pachay de Galápagos, el pinzón de cactus y otros, en las Islas Pinzón y Rábida se dio en una evaluación efectuada por los técnicos de la Dirección del Parque Nacional Galápagos y de la Organización Island Conservation con el apoyo de la Fundación Jocotoco y de la Universidad de Idaho.
Un equipo técnico de esas organizaciones recorrió ambas islas durante ocho días para evaluar el grado de restauración ecológica tras la eliminación de roedores introducidos al archipiélago. Los resultados preliminares obtenidos diez años después de la exterminación de los roedores son alentadores.
«Las medidas de manejo implementadas en estas islas durante la última década han sido eficaces y hoy podemos ver los resultados al recuperar zonas que estuvieron alteradas y han vuelto a ser el hábitat de especies endémicas de gran importancia para el ecosistema», señaló Danny Rueda Córdova, director del Parque Nacional Galápagos.
Los expertos estudiaron la cobertura vegetal, aves terrestres y marinas, reptiles y caracoles. Ellos utilizaron varios métodos para el monitoreo y conteo de especies endémicas o nativas en ambas islas y la estimación de sus tamaños poblacionales, lo que determinará, en los próximos meses, el grado de restauración ecológica que mantienen actualmente estas dos islas.
Las tortugas gigantes volvieron a anidar después de 150 años
En la isla Pinzón las tortugas gigantes volvieron a anidar después de más de 150 años y la población se reproduce de forma natural sin intervención humana. Ese es uno de los mayores logros para la preservación de la biodiversidad tras la eliminación de los roedores en la isla.
Rueda afirma que las ratas y ratones llegaron a las islas con los primeros navegantes que exploraron esa zona y después se distribuyeron ampliamente por todo el archipiélago, convirtiéndose en una de las especies invasoras más agresivas para la vida silvestre de Galápagos.
Los roedores, un problema en el ecosistema
Las ratas han sido durante muchos años un problema para la protección de las especies endémicas y nativas, debido a que devoran los huevos de las tortugas y de las iguanas y atacan a los neonatos. Engullen los huevos de las aves marinas que tienen sus nidos expuestos y suben a los árboles para alimentarse también de los huevos de las aves terrestres.
Otro hallazgo relevante en la Isla Pinzón ocurrió en la parte alta. Allí los técnicos encontraron una población saludable y en crecimiento de los pachays de Galápagos, un ave endémica nunca antes reportada en esta isla.
Los técnicos creen que pudo haber migrado desde la isla Santiago y encontrar en Pinzón el hábitat idóneo para establecerse, aunque por mucho tiempo se pensó que por las condiciones de estos territorios era poco probable que la colonice.
«Es extraordinario ver el cambio que se ha dado en estas dos zonas durante la última década, sin la presencia de roedores que afectaban la reproducción de muchas especies de reptiles y aves». Así lo dijo Paula Castaño, gerente de Especies Nativas de Island Conservation.
«Es inspirador ver como nuevas especies se establecen y como otras que estaban presentes como los gavilanes de Galápagos se reproducen de manera exitosa y están colonizando nuevos territorios, cumpliendo su rol como predador tope manteniendo el equilibrio del ecosistema de las islas», añadió.