Por Isabel Alarcón
Cuando Daniel Mideros vio por primera vez la foto que capturó con su cámara, no solo se asombró por la presencia de un oso andino, sino por el paisaje que lo rodea. La ganadería, la zona urbana y las industrias ahora ocupan el espacio que en el pasado fue el hogar de este animal en Ecuador.
Con esta imagen, capturada en el 2021, Mideros se convirtió el 11 de octubre de este 2022 en el primer ecuatoriano en ganar una categoría del Wildlife Photographer of the Year (WPY), considerado como el ‘Óscar de la fotografía de naturaleza‘.
El “conmovedor retrato de un hábitat que desaparece y su habitante”, como lo define el WPY, obtuvo el primer lugar de la categoría Animales en su entorno, de la edición número 58 de este concurso internacional.
“Cuando la logré sacar fue fascinante, casi me pongo a llorar”, recuerda Mideros. El proceso para obtener esta imagen le tomó alrededor de cinco meses de largas caminatas en campo y trabajo con biólogos y especialistas.
El primer acercamiento lo hizo junto al biólogo Andrés Laguna. Debido a la fascinación que sentía por este animal, Mideros recorría los lugares donde sabía que podía encontrarlo.
La primera vez que logró retratarlo, tuvo que caminar más de 14 km, durante seis horas, en un área sobre los 4.200 msnm de páramo virgen. Ni la lluvia ni el peso de su equipo fueron un limitante. Esta fue la sexta ocasión que hizo este viaje con la esperanza de encontrarlo.
“Ver a un oso es una sensación única. Es algo tan difícil que cuando lo logras es único. Es como ir a ver a tu artista favorito en concierto”, cuenta. Así empezó el proyecto que consistía en colocar cámaras trampa en un bosque de la Sierra ecuatoriana, para entender el comportamiento del animal, sin perturbar su hábitat y sin molestarlo.
La búsqueda de osos en el país, una tarea permanente
Después de esta experiencia, continuó en busca de osos en otras zonas del país. Junto con el equipo de investigadores de la Fundación Cóndor Andino se dedicó a explorar en los alrededores de Quito. La idea original era mostrar la relación entre el crecimiento urbano y la fauna silvestre que antes habitaba en la ciudad.
Los especialistas lo guiaron hasta una zona en las afueras de la ciudad donde habían detectado un oso. Así empezó el proceso de colocar cámaras trampa de investigación, sin alterar el espacio. Poco a poco el oso se acostumbró a la presencia de estos aparatos. Así, Mideros después instaló su cámara trampa profesional y su equipo para captar un comportamiento natural.
“Una vez que vi la foto me quedé en shock porque es increíble cómo ha crecido la ciudad y cómo la parte industrial se ha comido al páramo”, explica el fotógrafo. Ahora, la imagen de este oso y sus amenazas está recorriendo el mundo.
La experiencia acumulada a lo largo de una década
Más allá del premio, Mideros reconoce que este es uno de los mayores logros en sus 10 años de carrera. No solo porque concursó con otras 50.000 fotografías de todas partes del mundo o porque obtuvo este reconocimiento después de seis intentos, sino porque pudo demostrar el estado de los osos de anteojos.
Actualmente esta especie se encuentra ‘En Peligro’ de extinción en Ecuador. Esta es una de las categorías más altas de amenaza. Con este trabajo, Mideros espera generar un impacto en quienes la ven, que motive a cambiar la situación de estos animales en el país y que evite que en su siguiente fotografía permanezca el paisaje, pero ya no esté su protagonista.
La imagen de Mideros se exhibirá, junto a las ganadoras de cada categoría, desde el 14 de octubre de 2022 hasta el 2 de julio de 2023, en el Museo de Historia Natural de Londres.