Por Isabel Alarcón
Mientras los líderes mundiales continúan debatiendo si se debe reducir o eliminar progresivamente el uso de combustibles fósiles, la Amazonía sigue acercándose al punto de no retorno. Sequías más largas e intensas son solo una muestra de lo que le puede ocurrir a esta selva en los próximos 10 años, si no se detiene el aumento de la temperatura en el planeta.
Para el científico brasileño Carlos Nobre, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP28), que se desarrolla del 30 de noviembre al 12 de diciembre en Dubái, es crucial para evitar que la Amazonía se convierta en una gran sabana.
Nobre ha dedicado su vida al estudio de esta selva y ha visto de cerca el retroceso de los bosques. Es el autor y líder de la iniciativa Amazonía 4.0, que busca desarrollar una bioeconomía forestal en pie para esta región, y actualmente es Copresidente del Panel Científico para la Amazonía.
A través de una videollamada, desde su hogar en Brasil, resalta que es esencial que los países tropicales promuevan la descarbonización, la transición energética justa y metas ambiciosas de restauración de ecosistemas durante la COP28.
¿Cómo definiría la situación actual de la Amazonia?
La situación actual de la Amazonía es riesgosa. Estamos muy cerca del ‘tipping point’ o también conocido como ‘punto de no retorno’ o ‘punto de inflexión’. La parte sur de la Amazonía, desde el Atlántico hasta Bolivia, es la que está más cerca de este punto, lo que implica que se está convirtiendo en un ecosistema altamente degradado. Es un proceso que yo he llamado ‘sabanización’. Estamos muy cerca.
¿Qué señales existen de que estamos cerca de este punto?
Ahora la época seca es de cuatro a cinco semanas, más larga de lo que era en 1979. Es decir, en 40 años ha avanzado de forma acelerada y ha llevado al aumento de la mortalidad de los árboles en estas áreas. Por otro lado, en el mundo, los bosques remueven alrededor de un tercio del dióxido de carbono (CO2) que emitimos los humanos. En los años 90, la Amazonía removía 2 mil millones de toneladas de CO2 por año. Ahora, los artículos científicos demuestran que, en la parte sur de la Amazonía, desafortunadamente, el bosque es una fuente de carbono debido a la deforestación. Esto demuestra lo cerca que estamos del ‘punto de no retorno’.
El ‘punto de no retorno’ puede empezar en 10 años. Como expliqué, la parte sureste de la Amazonía ya es fuente de carbono, y la mortalidad de los árboles ha aumentado en la última década, sobre todo desde Bolivia.
Carlos Nobre, científico brasileño
¿Cómo llegamos a este punto?
Esto es una combinación del cambio climático y la deforestación. El primero ha llevado a que los eventos climáticos extremos sean más frecuentes. El Fenómeno de El Niño, por ejemplo, es natural y ha ocurrido por siglos, pero ahora los episodios son más fuertes y recurrentes. Hemos tenido cuatro eventos severos de El Niño en menos de dos décadas.
Por otro lado está la deforestación. En Ecuador, esto ocurre principalmente por las actividades petroleras y la minería ilegal. En las zonas bajas se relaciona con el cambio de uso de suelo para la ganadería y agricultura. Allí tienes 80% del bosque deforestado con grandes zonas de pastizales. El problema es que esto cambia los ciclos. Durante la época seca, esta nueva vegetación no recicla el agua como debería. Un m2 de bosque en las zonas bajas evapora o transpira de 4 a 4,5 litros de agua por día en la temporada seca. Cuando lo reemplazas por pastizales, solo recicla alrededor de un litro. Es decir, hasta cuatro veces menos. Sin esos árboles, ahora tenemos estas sequías intensas que duran más tiempo.
¿Qué tan lejos se encuentra el ‘tipping point’ o punto de no retorno?
Puede empezar en 10 años. Como expliqué, la parte sureste de la Amazonía ya es fuente de carbono, y la mortalidad de los árboles ha aumentado en la última década, sobre todo desde Bolivia. Muchos estudios, entre los que yo he realizado por décadas, demuestran que, si la deforestación excede el 20% a 25%, y la temperatura del mundo sobrepasa los 2C, llegaremos al punto de no retorno. Ahora la deforestación ya alcanza el 17% o 18% en la Amazonía, y la temperatura global llegó a los 1,4C este año. Cuando alcanzas el ‘tipping point’, no hay forma natural de volver atrás. Cuando alcancemos el punto de no retorno, la época de sequía será más y más larga, y el nuevo clima será el de la sabana tropical. Para algunos, incluso, la parte sureste de la Amazonía, ya inició el punto de no retorno.
¿Esto hace que la COP de este año sea más importante para la Amazonía?
Todas las COP son importantes, pero esta COP tiene varios desafíos. Un reporte reciente muestra que, para evitar llegar a los 1,5C, debemos disminuir las emisiones en un 50% hasta el 2030, pero el estudio demuestra que hasta ahora hay muy poca reducción. Si seguimos explotando los combustibles fósiles vamos a exceder el 1,5C. Más del 70% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) provienen de los combustibles fósiles. Esta COP implica un reto muy grande porque también hay muchas críticas y preocupación, ya que el Presidente de la COP es el Presidente de la Compañía Estatal de Petróleo de Emiratos Árabes Unidos. Creo que los países en desarrollo tienen que unirse para pedir acciones de restauración de los bosques. Estos países deben tratar de buscar mecanismos para que las naciones desarrolladas financien estos proyectos, que son capaces de remover una gran cantidad de CO2 de la atmósfera. Ahora los países con más proyectos de restauración son China y, en segundo lugar, Estados Unidos. ¿Por qué no somos los países tropicales, que somos los que tenemos más deforestación? Hay que cambiar eso.
¿Qué tan importante es para esta región hablar de una transición energética justa, como se promueve en la COP?
Particularmente para la Amazonía tiene mucho sentido. En la Amazonia brasileña hay una gran dependencia en los combustibles fósiles. Muchas comunidades no son parte de la red de electricidad y necesitan usar generadores con diésel. También lo usan para transportarse en los botes o para sus camiones. En Brasil, todos debemos subsidiar el costo de los combustibles fósiles en la Amazonía, o si no sería tres o hasta cinco veces más cara para quienes viven en esas zonas. Cada año subsidiamos USD 1.500 millones. Por otro lado, las energías solar y eólica cuestan un tercio de lo que implica generar electricidad con combustibles fósiles. Esto demuestra que todos los países amazónicos debemos movernos rápido hacia una transición justa. Si lo hacemos, podremos usar energía renovable en la Amazonía, que es más barata y reduce las emisiones contaminantes. Es decir, esta transición hace sentido desde el punto de vista tecnológico, ambiental y también económico.
Cuando alcancemos el ‘punto de no retorno’, la época de sequía será más y más larga, y el nuevo clima será el de la sabana tropical. Para algunos, incluso, la parte sureste de la Amazonía, ya inició el ‘punto de no retorno’.
Carlos Nobre, científico brasileño
¿Las hidroeléctricas están consideradas como energías renovables en la Amazonía?
En términos de emisiones, las hidroeléctricas generan menos emisiones que las termoeléctricas. El problema con las hidroeléctricas en la Amazonía es que están afectando tremendamente a los ecosistemas acuáticos y sus especies. La afectación realmente es alta. Además, no hay necesidad de implementarlas porque incluso son más costosas que otras renovables como los paneles solares y la energía eólica. Por otro lado, las emisiones de las hidroeléctricas son menores, pero no son “cero”, en comparación con la solar y la eólica. Las represas tienen muchos sedimentos y la materia orgánica que se encuentra en el fondo de estas represas se descompone y se convierte en metano. Este es 70% más poderoso que el CO2.
¿Se puede evitar el punto de no retorno?
Con algunos científicos pensamos que, si evitamos que la temperatura supere los 1,5C, al mismo tiempo detenemos la deforestación, y creamos proyectos de reforestación a gran escala, podremos evitar el punto de no retorno. En esta COP, Brasil lanzó ‘Arcos de Restauración’, que es un proyecto de USD 205 millones. Es por muchos años, pero esperamos restaurar algo como seis millones de ha en la Amazonia de forma inmediata. Este proyecto busca crear mecanismos financieros para apoyar la restauración de áreas enormes en la parte sudeste de la Amazonía. Esperamos que pase en toda la región, ya que es importante restaurar la Amazonía de Ecuador, Perú y Colombia. Esta zona de los Andes tiene la biodiversidad más alta del mundo. En la COP también esperamos que avance el fondo de pérdidas y daños para proveer recursos a las poblaciones vulnerables del planeta. Tiene que aumentar la resiliencia de todos los habitantes. Pero la emergencia climática es tan urgente que, si los países acuerdan algo que va a tardar recién una década en implementarse, no vamos a poder incrementar la adaptación al cambio climático. No diré que evitar este punto de no retorno es fácil. Es un reto muy grande.
*Este artículo fue producido con el apoyo del programa de Periodismo y Justicia Climática de Climate Tracker para la COP28