La contaminación que ocasiona el metano y el monitoreo de sus efectos se analizó en un foro. Se trata de un gas extremadamente potente en su capacidad destructiva.
Redacción Youtopía
El impacto del metano y las experiencias de monitoreo se abordaron en un foro. Su efecto es potente: cada molécula de metano contamina el equivalente a 80 moléculas del CO2.
Se trata de un gas extremadamente potente en su capacidad destructiva. Así lo explicó Carlos Larrea, director del Área de Sustentabilidad de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB).
Él fue uno de los participantes en el Foro El Metano y Monitoreo de su Contaminación Oculta.
La iniciativa fue promovida por Earthworks, la Coordinadora Ecuatoriana para la Defensa de los Derechos de la Naturaleza y el Medio Ambiente (Cedenma) y la UASB.
Uno de los temas clave fue analizar el Impacto de las actividades extractivas en la calidad del aire y cómo el monitoreo puede fortalecer los derechos de la naturaleza.
El impacto del extractivismo en Neuquén y Barrancabermeja
En el encuentro se analizó el caso del proyecto Vaca Muerta, ubicado en la provincia argentina de Neuquén. Más de 30 empresas invierten en la producción de gas y petróleo no convencional.
Lo que más preocupa de este proyecto emblemático es la extracción a través del fracking. Leonora Jáuregui, del Observatorio Petrolero del Sur (OpSur), contó algunas cifras.
En Vaca Muerta existen 2.900 pozos activos y unos 300 que no están en operación. Por cada pozo se consumen unos 90 millones de litros de agua.
La explotación también produce una afectación a la comunidad, a través de sismos. Desde el 2015 hasta la fecha se han registrado más de 500, indicó Jáuregui.
Esta zona es considerada rica en la producción de alimentos, pero la actividad hidrocarburífera está generando un entorno de mucha contaminación, dice el líder mapuche Umawtufe Wenxu.
La contaminación de la actividad petrolera en Barrancabermeja, Colombia, también está ocasionando severos daños, anota Amarilys Llanos de la Alianza Colombia Libre de Fracking.
“Barrancabermeja tiene unos 100 años de explotación hidrocarburífera y eso ha traído afectaciones al ecosistema hídrico, al suelo, al ambiente, a la salud”, señala Llanos.
El rol de la sociedad civil y el monitoreo
Dos aspectos clave son importantes ante la incidencia del extractivismo y sus efectos ambientales.
Uno, la importancia de la participación comunitaria y la transparencia en la información sobre los acuerdos gubernamentales.
Dos, el fortalecimiento de los derechos territoriales y de biodiversidad, a través del debate informado y la organización comunitaria.
La líderesa ecuatoriana Patricia Gualinga señaló que Vaca Muerta es el mal ejemplo de lo que es la explotación petrolera con justificación económica.
“Es tiempo de que haya cambios. Poca gente se involucra en la lucha contra el fracking, por ejemplo, y eso nos involucra a todos. El planeta está en una crisis global”, mencionó Gualinga.
Gustavo Redin, representante de Cedenma, señaló que el foro es una oportunidad para que la sociedad civil comprenda y se involucre activamente en la vigilancia del impacto ambiental de las actividades extractivas.
El monitoreo del metano y la tecnología
Patricia Rodríguez, de Earthworks y especialista en la tecnología de la cámara OGI, explicó como este mecanismo permite visualizar el impacto del metano, en entornos de explotación petrolera.
Se trata de una herramienta avanzada para la detección de gases contaminantes no visibles producidos por actividades extractivas. El metano es incoloro e insaboro.
“Este conocimiento es vital para promover la transparencia y comprender los impactos ambientales negativos de estas actividades”, indicó Rodríguez.
Y este tipo de herramientas contribuyen para que se puedan establecer sanciones desde la sociedad civil a quienes atentan contra la vida, dijo Natalia Greene, del Tribunal de Derechos de la Naturaleza.